martes, 28 de julio de 2009

LA HOMOFOBIA ENTRE LOS JÓVENES DE HOY (Ensayo)

LA HOMOFOBIA ENTRE LOS JÓVENES DE HOY
Por Iván Belmont

Para muchos el ser homosexual contrae problemas con la familia, con los amigos, con la sociedad en general. Sin embargo, para otros la homosexualidad es una forma de vida que no afecta a nadie y puede ser vivida a sus anchas con sus claros limites moralistas; referencia clara por derechos civiles obtenidos por personajes como Harvey Milk en Estados Unidos o incluso el gran escritor Reinaldo Arenas en Cuba y su exilio a tierra estadounidenses. Así entonces, podría hablar de la vida homosexual y sus características, pero hoy hablaré de la problemática en la que se enfrentan los homosexuales reprimidos por la sociedad, además de su problemática de vivir en una cultura machista y deprimente por la mayoría de católicos ignorantes en nuestro país. Y a su vez, de la sociedad que ha aceptado desde un punto de vista las tendencias homosexuales en el hombre y la mujer.

Muchos jóvenes y/o adultos viven en conjunto con familiares, amigos, conocidos que los hacen convivir con sus ideales. Incluso, muchas personas que conozco me podrán decir que no existe tal homofobia en nuestra sociedad. Desafortunadamente, si existe y es muy considerable. Pues de alguna manera, la homosexualidad es sólo una subcultura de una cultura más grande que acapara aún nuestro mundo moderno y en lo particular a nuestro país.

Las personas que reflexionan a los homosexuales como parte común de la sociedad son vistas como parte dañada o gente pecadora que apoya a leprosos pervertidos que no tienen otra cosa mejor que ser pecadores o mal pensados. Freud y el psicoanálisis decían que la homosexualidad es un trastorno del hijo hacia la madre, ya que el niño captaba más el sentido de la mujer – sea el caso de su madre – y esto lo llegaba a posiblemente pensar y sentir la atracción o protección de una imagen masculina. (Freud, 2009) Por otro lado, Un recopilador de datos enfocado a la psiquiatría menciona que la homofobia primero se debe definir por la palabra fobia: es una enfermedad psicogénica producida por engramas. Se cura eliminando de la mente reactiva el o los engramas que la causa. (Velmont, 2009) De este modo trato de dar mi postura a favor de los homosexuales y no de los homofóibicos. Así entonces, doy mi primer golpe.

Muchas veces, esta subcultura del homosexual es perseguida directamente por la iglesia – como en aquellos tiempos, con la cultura indígena y la cultura del occidente - ¡Que claro!, constantemente busca desproteger y rechazar a este grupo de tendencias sexuales minoritarias. Así entonces, la problemática general de los homosexuales me da a la tarea de mencionar algunas experiencias que en mi vida en particular he observado. De modo que al final, pueda dar una conclusión que ayude a explicar una situación cultural que ha llevado a los Bugas (dicho coloquial de homosexuales a heterosexuales) a accidentes y represiones vergonzosas para nuestra época contemporánea hacia los homosexuales.

Me ha tocado oír que existen personas que te dicen: ser homosexual no es problema, ser asesino, drogadicto, o vivir una vida de rencores es el problema. Lo irónico es que mucha de esas personas son parte de grupos cristianos o católicos; partícipes de alguna religión en específico. Sin embargo, hay otras personas de mi vida que dicen: ¡ser homosexual es de lo peor! Debes andar escondiéndote de la sociedad y además eres un pecador, un ser infame. ¡Pobre de aquel que Dios lo encuentre pensando en personas de su mismo sexo, serán enviadas al crujir de dientes! (Mateo, 1569) ¡Vaya!, cualquiera diría que estos mensajes ya no se dicen ni en entre los jóvenes que siguen dogmas ortodoxos de la religiones judeocristianas, pero no es así. Reconozco de mi parte, que estoy apegado al mundo homosexual, por la cercanía de amigos y conocidos, pero en algunas ocasiones, me he topado con amigos muy queridos que en su habitus, su manera de percibir la vida, los orilla a denigrar a parte de nuestros amigos gays, con palabras como: ¡eres un anormal!, ¡lo que haces no es correcto!, ¡deja de hacer esas puñetadas!, etcétera.

En lo particular, la cultura del joven homofóbico, del joven heterosexual y el homosexual se relacionan más de lo que creemos. ¿A qué me refiero?, me refiero a que hoy en día – en plena época del multiculturalismo – Ciertas personas se aferran a seguir dogmas tan apegados a la realidad de siglos pasados, que no dejan la creación o evolución de otro tipo de vidas. Tal es el caso de hablar de las personas homofóbicas, que hasta hoy, muchas de ellas insisten a desconocer a la minoría de los homosexuales.

De modo que, al hablar de un joven homofóbico implica ciertas cosas que no alcanzamos a percibir directamente. Y más, porque el tener fobia a los homosexuales puede implicar desde el discriminarlos en algún puesto de trabajo, escuela, sociedad, que a su vez lleve a la agresión verbal, física o incluso psicológica de los agredidos. Entonces, vale detallar el por qué de este caso, hablado desde un aspecto culturalmente construido.

El joven homofóbico es un ser que ha vivido directamente ligado a los actos conservadores que manejan las religiones, y aun más claro, los actos que se atribuyen las familias altamente creyentes en un dogma religioso. Habrá personas que desde su punto de vista llamarán a los homosexuales como – en palabras altisonantes religiosamente hablando - engendros del demonio, desviados, almas vendidas, etcétera. A este tipo de homofóbico, quien es el que actúa repudiando sólo con palabras a los homosexuales, lo llamaré: Homofóbico dogmático, pues sólo acredita las palabras o ideas difundidas por la iglesia – y que en ocasiones son palabras malinterpretadas en el siglo XXI -, y en lo particular la católica. Por otro lado, están aquellos jóvenes homofóbicos que no creen en la religión, pero por alguna situación penosa que han vivido con homosexuales meramente salidos del closet – declarados homosexuales - han decidido reprimir a los homosexuales a tal grado de golpearlos o hacerlos ver como personas inferiores. Y es lógico que en México se den muy seguido este tipo de casos, puesto que la cultura del mexicano es aún en nuestra era machista, y siendo el caso de un homofóbico, observando a un homosexual, es para él, completamente penoso ver la imagen del hombre transformada en una depravación sexual hacia otro de su mismo sexo.- siendo en palabras del homofóbico, no mías - De modo que a este tipo de homofóbico lo llamaré homofóbico machista. Y finalmente, el caso más extremista de la clasificación de homofóbicos: el ser que repudia el comportamiento homosexual en público, pero que en su privacidad y en sus pensamientos llega a sentir atracción por una persona de su mismo sexo o incluso desear la libertad de aquellos que repudia. A este lo llamaré: homofóbico aparente.

Por otra parte, el joven heterosexual es diferente a cualquiera de la clasificación de homofóbicos, debido a que el heterosexual vive intensamente su vida como joven, sea creyente o no respeta las tendencias sexuales; siendo el caso de este ensayo; el respeto a los homosexuales. Y es curioso, el heterosexual, podrá respetar al homosexual, mientras no se metan con él. ¿Qué quiero decir? Que sin duda, respeta la decisión de su amigo o conocido, sin embargo, cuando un homosexual intenta entablar una relación de apego con este, es difícil que exista una reciprocidad. Y no es porque sea homofóbico, si no que el heterosexual, al igual que el homosexual siente un grado de atracción hacia un sexo, y siendo el caso del heterosexual lo lógico en su preferencia es mantener apego más cercano hacia su sexo contrario. Y, cuando el joven heterosexual convive con el homofóbico en muchas ocasiones termina en discusión, puesto que el homofóbico siempre buscará la manera de hacer menos a las personas. Y el heterosexual, por su misma naturaleza de respetar las tendencias sexuales aprobará el sentido del homosexual.

Aunque los heterosexuales a veces se retiren del debate, puesto que muchos de estos homofóbicos sacan argumentos teológicos o argumentos que se basen en la ley de la naturaleza, o incluso suelen discriminar a estos por el apoyo brindado a los homosexuales.

Algo que me gustaría aclarar antes de seguir, es que durante muchos años, desde la aparición de jóvenes homosexuales en el mundo moderno, se ha venido llamando a los heterosexuales como “Bugas”. Esto me lo comentaban amigos gays que tengo, y es que este vocablo viene desde tiempos remotos del Porfiriato, cuando existió un restaurant llamado Bugambilia que restringía la entrada de parejas homosexuales, sólo a gente rica e influyente en la sociedad. (s.a., 2008) A partir de esto, el término Buga es conocido prácticamente en todo México hacia los heterosexuales. Aunque sea más considerado como un mito, es la historia más verídica que existe en nuestros tiempos para descifrar el significado. Y más que nada, retomo este punto, puesto que en realidad dudo mucho que ese término se le deba dar a los heterosexuales, más que nada, pienso yo que debería dársele al homofóbico, puesto que es el que constantemente se encuentra buscando la manera de deteriorar la imagen del homosexual.

Así entonces. El joven homosexual es aquel que tiene tendencias sexuales definidas hacia su mismo sexo, pero en la actualidad, al homosexual lo pueden confundir con un emo, con un punk, con un metrosexual, con un artista, etcétera. Creo yo que los homosexuales están en todas partes y son meramente parte de nuestra cultura. Aunque muchas veces no sean meramente homosexuales, sino bisexuales, sus vidas se ven truncadas al momento de encontrarse con personas que los discriminan por sus tendencias sexuales. Me atrevería a dividir en tres la vida del homosexual.

Primeramente, la vida con la familia. Para el homosexual, mencionar su postura a sus padres, hermanos, primos, y todos aquellos a los que pertenecen al seno familiar le parece difícil, todo un tabú, pues desafortunadamente, como lo he mencionado en el contenido del ensayo: la mayoría de los mexicanos y en particular los adultos, o padres de familia en edad avanzada tienen muy arraiga la herencia machista de los distintos aspectos culturales que hemos vivido en el país. (Mino, 2005) Para un joven, siendo el caso de un hombre, encarar a su padre, y decirle: ¡Padre, soy gay! Es una de las afirmaciones que suele derrumbar a padres de familia, y no tanto que el señor se muera, pero sí que reaccione de manera violenta negando tal confirmación. Por parte del padre, el orgullo queda herido y por lo regular el padre intenta esconderse de la sociedad, o evita las preguntas sobre los hijos, para evitar ser mal visto por la misma familia o por su círculo de amistad. Y no se diga el joven, el joven podrá haber dicho la verdad y ser muy sincero con su familia, pero constantemente buscarán la manera de hacerlo recapacitar por medio de la represión de salidas nocturnas o salidas con amigos o conocidos.

El segundo punto en la vida de un homosexual están: los amigos. Los jóvenes por lo regular buscan acercarse a los amigos para expulsar todo lo que han guardado por tantos años, de alguna manera esto los ayuda a no sentirse rechazados. Por algún momento esto les ayuda sentirse aceptados por alguien, aunque en algunas ocasiones los amigos con lo que uno cuenta, pueden ser de todo tipo: heterosexuales, homofóbicos e incluso homosexuales. Pero, cuando se encuentra con homofóbicos dogmáticos, el ser en ocasiones puede reprimirse en su mundo y evitar salir al público o darse a conocer, porque a veces hieren más las palabras que pueden decir los amigos, que lo que hace nuestra familia por no aceptarlos. Todo depende de los amigos que agrupen los homosexuales. He visto homosexuales que tiene amigos gays que constantemente viven una vida normal; un sentido de la vida totalmente reconstruida, homosexuales con amigos homofóbicos que viven en una constante lucha de aceptación; viviendo un sentido de la vida puesto a fuerza por aquellos amigos que lo tachan de anormal, y homosexuales con amigos heterosexuales que viven sin duda alguna un sentido de la vida normal, aunque no puedan expresar sus emociones en su totalidad por la falta de un amigo homosexual.

Y finalmente la vida en sociedad. El homosexual no puede salir a la calle y fijar su mirada a una persona de su mismo sexo, aunque sabemos que este caso se da más entre los hombres. La doble moral es un papel que en ocasiones deben adoptar los homosexuales para poder mantenerse al margen en el mundo en el que vivimos en la actualidad. Y quizá actualmente la sociedad que se ha estado formando por toda una colectividad de jóvenes entusiastas haya aceptado la colaboración de este grupo minoritarios, pero, mientras siga existiendo una cultura de jóvenes y familias homofóbicas, la realidad de una colectividad a gran escala de homosexuales salidos del closet será un sueño – para homosexuales – o una pesadilla – para homofóbicos – en sus respectivos casos.

En conclusión, el tema de las minorías sexuales, en este caso: los homosexuales, sigue siendo un tema que para muchos no tiene ya nada que aportar, puesto que existen muchos heterosexuales que apoyan la causa homosexual. Pero así como esto es cierto, la homosexualidad no será un tema de seriedad hasta que la cultura se transforme y se erradique la interpretación errónea de sentidos dogmáticos o mal interpretados que se ha generado a lo largo de los años en nuestro país.

No estoy en contra de los homosexuales, y como lo remarque al inicio de este texto. Mucha gente en nuestro país es homosexual y talentosa, y no dudo que un día viviremos en una sociedad en la que tengamos gobernantes que hagan pública sus preferencias sexuales. Pero claro, todo esto sólo podrá darse si el heterosexual y el homosexual luchan y generan acuerdos como el día internacional en lucha contra la homofobia – 17 de Mayo – y convivan en mutua armonía sin mezclar jamás sentimientos que los lleven a odiarse, como el caso de los prontamente extintos homofóbicos, perseguidos por la mayoría conformada por los ya mencionados.

Bibliografía
Freud, S. (s.f.). PSICOLOGÍA DE LAS MASAS Y ANÁLISIS DEL YO. Recuperado el 2 de Abril de 2009, de librosenred: http://www.fortunecity.es/imaginapoder/copiarme/316/indli.htm
Mateo. (1569). San Mateo. En S. Bíblicas, Santa Bíblia (pág. 1211). Corea: Sociedades Bíblicas.
Mino, F. (5 de Mayo de 2005). Gay GDL. Recuperado el 10 de Mayo de 2009, de Texto publicado en el suplemento Letra S.: http://www.gaygdl.com/homofobia.html
s.a. (27 de Enero de 2008). Cultura Lesbiana. Recuperado el 15 de Mayo de 2008, de Buga: http://culturalesbiana.blogsome.com/2008/01/27/buga/
Velmont, H. (s.f.). El planeta de los simios XL. Recuperado el 20 de Abril de 2009, de La homofobia: http://www.grupoelron.org/quees/epdlsxl_homofobia.htm




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